21º festival de cine de Mar del Plata

Por Mariano Colalongo

La cobertura que presentamos a continuación puede considerarse nuestra primera incursión en los terrenos del periodismo. Confesamos estar bastante satisfechos con el resultado pues creemos haber respetado nuestra naturaleza y, a la vez, cumplido con la premisa básica de toda cobertura: formular un relato descriptivo, cuasi objetivo, destinado a la simple recomendación o desaprobación de una película. Una decidida política orientada al “intercambio de estilos, géneros y costumbres de otras latitudes” —que hacía del Festival la vitrina de una extraordinaria cantidad de películas con ofertas variadas (y a varios bodriazos)— nos impide esbozar la mirada general a la que nos acostumbra la filosofía. Por ello, hemos intentado arrojar al menos algunas pinceladas esenciales de lo que fueron esos días, y de algunas de las películas que vimos en Mar del Plata. En fin, había un par de acreditaciones de prensa con las caras de estos personajes difíciles, así que no hubo otra opción que asumir los cargos que aquello acarreaba y elaborar nuestro propio testimonio, muy a pesar de nuestras particularidades y de las ocasionadas en la sala de prensa del Hotel Hermitage.

Esta sección que inauguramos consta de seis reseñas de películas cuyo criterio de selección ha sido la posibilidad de su exhibición en cines, condición para seguir pensando al cine como ágora contemporáneo. También ofrecemos una flamante entrevista a Fabián Bielinsky y una crónica que incluye unos besos -en las mejillas pero bien lejos de la ficción- de nuestra querida Pocahontas (Q’Orianka Kilcher), esta vez a un exaltado Álvaro Fuentes que variaba aquella noche en torno a un tema: the most beautiful.

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